
Barak Obama posiblemente no llegue a leer el libro 'Las venas de América Latina', del escritor uruguayo Eduardo Galeano publicado en 1971, que el presidente venezolano, Hugo Chávez le regaló al finalizar la cumbre de Trinidad Tobago, según alguno de los asesores del mandatario estadounidense. Las buenas intenciones de restablecer y mejorar el diálogo de los Estados Unidos con América Latina, proclamado por Obama en la cumbre, ha insuflado una pequeña gota de esperanza para que el subcontinente deje de ser tildado del 'patio trasero' del poder del norte. Ya lo decía Aristóteles, que la esperanza es el sueño de los hombres despiertos y, por tanto, será bueno despertar del sueño, del sueño latinoamericano, no sólo americano, (o mejor dicho, estadounidense, si hablamos con propiedad). En la cumbre no ha habido conclusiones concretas, ni tampoco prácticas, tan sólo palabras de buenas intenciones, mientras Chávez encuentra un nuevo camino para convertirse en líder latinoamericano desplazando al presidente del Brasil, Lula da Silva. Lo positivo, al final, es que resucita el libro de Eduardo Galeano y se convierte en uno de los más vendidos y algo quedará, entre tantos lectores, para que se siga reflexionando sobre la dependencia de América Latina bajo el dominio estadounidense. La esperanza sigue siendo despertar del sueño para encontrar una solución práctica. El bicentenario de América Latina que se celebrará en 2010, bajo liderazgo de España, de nada servirá para una auténtica independencia, que deberá pasar, imprescindiblemente, por la independencia económica para que los latinoamericanos podamos definir y elegir el futuro, después de cinco siglos de saqueo desde el norte, a pesar de las iniciativas de las uniones de varios bloques de naciones de América Latina que no han conseguido frutos, tan sólo buenas intenciones y nada más. En los primeros años de la década los estados latinoamericanos avanzaron, con mayor intensidad, en los acuerdos de integración, una estrategia certera frente al proceso de globalización y del estancamiento de la región; se conforma el Mercosur como un bloque de integración con las dos mas grandes economías de América del Sur en una región económica que abarcó diferentes estadios de integración a un mismo tiempo, El Pacto Andino de los 60’s dio paso a la Comunidad Andina como un esquema de integración de las economías medias con instituciones propias dotadas de autonomía, y la presencia del CARICOM en la zona del Caribe desde los años 70’s en la búsqueda del bienestar y desarrollo económico. Los problemas globales a nivel económico y social aunado a la poca consistencia y voluntad política de los Estados, resultado de sus asimetrías e intereses, ha erosionado la capacidad de avance estos acuerdos de integración. Seguimos soñando tras cinco siglos de saqueos.