La falacia de las Américas

El presidente estadounidense, Barak Obama, omite pedir perdón, y por lo tanto evita recordar el apoyo militar, político y económico de su país al derrocamiento del presidente Salvador Allende, en 1973, tras un golpe militar. Las heridas siguen abiertas en su gira por Suramérica, aumentando las diferencias y manteniendo el distanciamiento continental en las Américas, tal como le gusta llamar al continente. Cabe la pregunta porqué a nadie se le ha ocurrido denominar, del mismo modo, a las Europas, las Áfricas o las Asias. Es evidente que el calificativo de las Américas no es otro que marcar territorio para diferenciar y poner de manifiesto la permanencia de un liderazgo en el que predomina la injusticia. Así no se llega a ninguna parte. El discurso de Obama desilusionó a muchos chilenos, al parecer sólo dejó un mensaje de buena voluntad y nada más. Eso sí, procuró diferenciar la propuesta de las ayudas de la Alianza para el Progreso, anunciadas en 1961 por el presidente John Fitzgerald Kennedy argumentado que, hoy por hoy, el escenario histórico es otro.