La fragmentación de las Américas

Como muestra sólo hace falta un botón. Es el caso de Argentina, un país en el que la actual presidenta, Cristina Kirchner, aboga por mantener el apellido en la cresta de la ola del poder, lo que supone que el peronismo arcaico siga mandando, como sea, los destinos del paupérrimo país latinoamericano. Crisitna Kirchner apuesta por su propia reelección y aparece públicamente con su retahíla de mensajes populistas, elogiando los falsos avances de su país. En realidad, es más de lo mismo, volver a repetir los elogios a un cambalache desordenado, donde ganan los pescadores más avispados en un río revuelto e inmenso como el Río de la Plata. La cruda realidad es que la inflación anual en Argentina bate récords en la región, nada menos que el 30%; con una falta de confianza del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) que falsea los datos, la escasa inversión extranjera y el descrédito de las Madres de Plaza de Mayo acusadas de presunto blanqueo de dinero. La situación argentina va de mal en peor, pero la actual presidenta se aferra al poder, miente sobre logros inexistentes, y reclama el voto para poder volverse a sentar en la poltrona de la Casa Rosada. Más o menos una situación calcada de una América Latina que es parte de las Américas como le gusta llamar al subcontinente al presidente estadounidense, Barack Obama. Más bien, habría que analizar la fragmentación de las Américas. Como suele decirse "DIVIDE Y VENCERÁS".