Comprensión, tolerancia y autocontrol debería exigirse a los machistas, ayer que se celebró el Día de la Mujer, hoy, y todos los días del año. El Día de la Mujer, como digo, se celebró con infinidad de actos en España, que sepamos, fotos en los periódicos e imágenes alusivas en la televisión. Es que debemos recordar el
dolor de las mujeres de acá y de allá, víctimas de la violencia doméstica, de género, machista o como quiera llamarse. España tiene el triste récord para el Guinness de cuatro mujeres asesinadas por sus respectivas parejas en un día, pero en el debate televisivo entre los dos candidatos a la presidencia no se ha tocado el tema de la violencia machista. Por eso, ayer, hoy, y todos los días, se debería recordar, entre tantos otros casos, a la chica ecuatoriana que recibió una patada en la cara, en el Metro de Barcelona, que le propinó un
energúmeno descerebrado,
un mal nacido, por decirlo de alguna manera. La foto del agresor debería aparecer hoy en las primeras páginas de los periódicos y abrir las noticias de los noticieros de la televisión, aunque sea a manera de aquella antigua costumbre medieval, fuera de uso, como era la picota, una columna a la entrada de las poblaciones donde se daba información sobre los delincuentes. Para la violencia machista y racista habría que tener en cuenta lo que ya decían los romanos: "Res non verba", es decir,
hechos, no palabras.
José San Martín, catedrático de la Universidad de Valencia y director del Centro Reina Sofía, opina que la tendencia del maltratador es dividir al mundo en dos bandos, en un comportamiento que se asemeja al de los terroristas, que creen que deben atacar con la premisa de que se están defendiendo. El terrorismo lo tenemos acá, en España, y lo tenemos en Lationamérica. Es una
lacra que se mezcla en las cloacas de la política con el narcotráfico, las desigualdades económicas y sociales, cuando no, en el
fanatismo de energúmenos descerebrados, como ocurre con el machismo, con el racismo y la xenofobia.
3 comentarios:
Tienes toda la razón. Ojalá además tuviéramos la oportunidad de cambiar las cosas.
Un abrazo, Martín
tambien en la casa deben las mujeres enseñar a sus hijos a no resolver todo con violencia verbal y fisica
saludos
Es que es tan fácil la subordinación, uno se cree tanto que las jerarquías son naturales. Es increíble que en el siglo XXI la tecnología lo pueda todo pero la discriminación de género se mantenga intacta...
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