lunes, julio 06, 2009

Nostalgia







La luminosidad del obelisco, que brilla con luz propia en la Avenida 9 de julio, de la que dicen es la más ancha del mundo, es una muestra más de que el sol sale para todos, aunque con mayor intensidad para los argentinos, para ese hemisferio sur americano, quizás un poco


olvidado por el mundo.
He vivido el invierno austral de Buenos Aires, con mañanas y tardes soleadas que entibian la convivencia con la amabilidad de los camareros y camareras de los bares y restaurantes de San Telmo (en la imagen, mostrador del Bar Restaurante El Federal). He viajado al campo, transitando rutas de tierra polvorienta, de rectas eternas, alargadas por la paciencia del tiempo (foto del camino de Ramón Biaus a Chivilcoy, a 160 kilómetros de Buenos Aires). Me gusta Latinoamérica desde el Río Grande a la Tierra del Fuego, pasando por Costa Rica, El Salvador o Panamá, con todo su encanto, magia y el brilloso colorido cálido de sus gentes y de su paisaje. El viaje valió la pena.

1 comentario:

Ana dijo...

Rectas eternas se encuentran en la patagonia. Donde te quedas a solas con vos mismo por kilòmetros y kilòmetros. Una geografìa que te abraza y se te anida en el alma.