Sangre joven y latinoamericana

La muerte en Afganistán de un soldado de nacionalidad peruana, perteneciente a las tropas españolas, es una noticia escondida por los medios informativos convencionales que se suma a las muertes de hispanos, portorriqueños, negros y jóvenes que dejan la vida en el conflicto bélico iraquí como parte del contingente militar estadounidense. Es la sangre joven latinoamericana que usan los países desarrollados para proclamar su orgullo de valientes en guerras inútiles de las que sólo sacan provecho las empresas petroleras y los traficantes-fabricantes de armas. Pero nadie alza la voz ante tanta injusticia. A Alan García, ganador de las últimas elecciones presidenciales en Perú, y que asumirá a su cargo dentro de unos días, sólo le preocupa reunirse con su homólogo venezolano Hugo Chávez. Estaría bueno que algún guionista escribiera estas historias para presentarlas en festivales internacionales como el de Jerusalén, dónde se exhiben films latinoamericanos y españoles. De todas formas, hay que destacar a los tres jugadores de América Latina elegidos por expertos entre las 23 estrellas del Mundial de Fútbol de Alemania. Son profesionales del deporte que, por supuesto, también juegan en el extranjero.