El cóctel cambalache

Una mezcla de objetos inservibles puede ser un cambalache ideal para reunir, a manera de un cajón de sastre, la realidad latinoamericana reflejada por las noticias publicadas por los medios informativos. La muerte y las diferencias se enfrentan a los mensajes, siempre de buena voluntad, sin que se llegue a resolver los conflictos. En Río de Janeiro se registran 25 muertos como saldo de los violentos enfrentamientos entre la Policía los narcotraficantes. En Bolivia muere una persona tras la militarización de los campos de petróleo ordenada por el Gobierno de Evo Morales. En México

se enciende la polémica

por el caso del niño de 14 años herido de extrema gravedad en una corrida de toros. Un joven peruano y otro puertorriqueño fallecen en la matanza de la Universidad Tecnológica de Virgininia. Por otro lado, las diferencias entre los países siguen siendo la moneda corriente cotidiana de la actualidad de América Latina. Venezuela discrepa con Brasil en la Cumbre Energética, donde

Chile defiende su dignidad

ante el presidente venezolano, Hugo Chávez, quien calificó de fascista al Senado del Gobierno de Michelle Bachellet. España recala en la República Dominicana, en el encuentro entre la Unión Europea (UE) el Grupo de Río, en el que no participa el Caribe. Argentina y Uruguay liman sus asperezas en Madrid, por el conflicto por la instalación de dos fábricas de celulosa que ya dura cerca de cuatro años. Ni el deporte se salva de la derrota, en el torneo de tenis Masters Series de Montecarlo. Lo único rescatable es que el jefe del reggaeton, Daddy Yankee triunfa en los Estados Unidos como locutor. Un cambalache ideal para un cóctel frustrante.