El potencial deportivo es producto de exportación

La Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) se retracta y autoriza la disputa de la fase semifinal suramericana en La Paz, Bolivia, para el Campeonato del Mundo de 2010 en Suráfrica, dejando zanjada la posibilidad de no utilizar los estadios situados a más de 2.500 metros de altura. Sin duda, es una buena noticia para el deporte. Por otro lado, los atletas latinoamericanos hacen un buen papel en la Gala Dorada de Roma, con el protagonismo de los jamaicanos Asafa Powell (9,90 segundos en 100 metros planos) y Tania Sinclair (1 minuto, 59 segundos y 45 centésimas en los 800 metros).

Latinoamérica se adueña de Maracaibo,

en Venezuela, con ocasión de la inminente final de la Copa América de Fútbol entre Argentina y Brasil. El argentino Roberto Carlos Abbondanzieri y el brasileño Robinho se preparan con todas las de la ley para el difícil reto continental. Argentina, Chile y México, por su parte, se aprestan para pasar a las semifinales del campeonato de fútbol sub 20 de Canadá. Lo lamentable es que los futbolistas latinoamericanos sean productos de exportación y nadie sabe adonde van a parar las riquezas millonarias que generan.