Travesuras infantiles

Como los chicos traviesos, América Latina sigue descollando por las tropelías. La droga, las desigualdades y la inestabilidad política arrasan como un cáncer crónico, mortífero, a las poblaciones latinoamericanas más pobres. En Senegal detienen a tres latinoamericanos, un ecuatoriano, un colombiano y un venezolano, con más de una tonelada de cocaína en su poder, escondidos en un pequeño barco que se dirigía hacia Guinea Bissau, el eje del narcotráfico de Suramérica hacia Europa. La población mundial que vive en el umbral de la pobreza, con un dólar diario, apenas unos 80 céntimos o centavos de euro, se ha reducido, a pesar del

aumento de las desigualdades

en Latinoamérica, un subcontinete todavía proclive al caciquismo populista. Y las masacres de las guerras civiles dejan sus secuelas, con dos hermanos que se reúnen 27 años después de que fuerzas militares terroristas hubiesen devastado su aldea natal, dejando crucificado a su padre. América Latina no sale de la etapa de las travesuras infantiles.