Cristina quiere emular a Eva Perón

La Justicia argentina investiga el presunto enriquecimiento ilícito de la presidenta Cristina Kirchner y su marido, Néstor, el anterior mandatario que dirigió los destino del país. Un país del que se desconoce a ciencia cierta el número de pobres, porque se manipulan las estadísticas. Un país en recesión económica, con obras paralizadas. Un país en el que el Gobierno destina 600 millones de pesos para que todo el mundo pueda ver gratis el fútbol. La cifra supera en seis veces a los fondos destinados a la promoción del deporte. Los Kirchner pertenecen a la familia del partido que pretende ser único, el peronismo, con antecedentes como los de Eva Perón, que había sido una actriz secundaria hasta que se casó con el líder del movimiento, el general Perón. Evita recibía a los pobres vestida con un abrigo de visón y llena de joyas. Cristina Kirchner ni siquiera recibe a los pobres. La declaración que ha hecho de su patrimonio aumentó un 158 % en el último año. Su patrimonio declarado es de 28 inmuebles (3,8 millones de dólares), cuatro empresas (4,8 milones de dólares), depósitos bancarios por 8,4 millones y efectivo por valor de 6.578 dólares. El Gobierno argentino acaba de aprobar un salario mínimo de unos 222 dólares (1.500 pesos argentinos). Se teme que la fortuna de los Kirchner, estimada en unos 12,1 millones de dólares, pueda desaparecer en un segundo y quedar protegida en algún paraíso fiscal. No hay duda de que Cristina Kirchner quiere emular a Eva Perón (por algo será que se la llamaba Evita, sí evita el peronismo), para convertirse en la nueva abanderada de los pobres, aunque su gran fortuna le delata sus intenciones de enriquecimiento. Igual que Evita hace más medio siglo.