Entre la pobreza, la violencia de la droga y la corrupciòn policial

Las grandes desigualdades, las diferencias abismales entre ricos y pobres, se asientan en la pobreza, la violencia de la droga y la corrupción en Brasil. Para muestra sólo hace falta un botón, y seguramente en los demás países del subcontinente predominen situaciones parecidas. La crónica refleja la

brutal paliza

a la que fue sometida una mujer, trabajadora doméstica de una zona acaudalada de riqueza, en Barra de Tijuca, situada en el paraíso de los turistas en Río de Janeiro. Sus agresores fueron cinco jóvenes universitarios de familias acomodadas. Allí crecen las protestas contra la violencia y aumentan las críticas contra la

represión policial.

Por otro lado, el ex presidente chileno Ricardo Lagos formula teorías para erradicar la pobreza, pero hay que ver quién las lleva a la práctica, si es que dan buenos resultados. El gobernador de una provincia argentina, Jorge Omar Sobisch, por su parte, plantea sus propuestas para alcanzar el orden y la paz social. A esta situación en que la miseria campea a sus anchas la tapa, con un velo, la Copa de América. Los temas del día pasan desapercibidos, en ese sentido, por el fútbol. Brasil se la juega en el campo de fútbol, como Latinoamérica, y poco importa el hambre y la miseria, más bien preocupan los goles y el triunfo deportivo. No queda otro remedio, al menos de momento. Preocupante.