Los tesoros ocultos se rinden a los tiempos. Monedas de oro y de plata aparecen en una caja del tiempo, escondida desde
1791, en la catedral de México, a la espera de que se explore una torre que contiene otro valioso recipiente de antiguas riquezas de la
época colonial. Valioso ha sido el hallazgo en Uruguay los restos del
roedor más grande conocido, de una tonelada de peso y parecido a los actuales hipopótamos que podría haber vivido hace nada menos que
cuatro millones de años.
La localidad mexicana de
Zapatecas oculta barrancas amuralladas con tesoros en iglesias, casonas y en la imponente catedral cercana a la Plaza de Armas. Las fotografías de Guillermo Kahlo reflejan, en una exposición en el colegio de San Ildefonso, la belleza arquitectónica de los templos mexicanos considerados tesoros nacionales.
Dos banderas españolas, de la época de las guerras independentistas, han sido el secreto mejor guardado en el Museo Histórico Nacional de Buenos Aires, que deberán ser restituidas a la provincia argentina de Mendoza, cumpliendo uno de los últimos deseos del Libertador San Martin, como reconocimiento a los mendocinos por su
lucha en defensa de la independencia.
Mito, leyenda urbana o historia real, nadie sabe a ciencia cierta la verdad sobre El Dorado, aunque hay referencias a
ofrendas de
oro y
esmeraldas que los indígenas arrojaban a las aguas como tributo a los dioses, seguramente antes de ser conquistados por los españoles, cuya
codicia despertó un cacique cubierto de
oro. En la localidad peruana de
Chachapoyas descubren 30 ciudades incas, entre vetas de oro a 3.600 metros de altura. Lo que sí es real y se puede ver son los paisajes, por poner sólo un ejemplo, las cuevas, cavernas y recorridos en la provincia de
Pinar del Río, donde se recolecta el café y las hojas de tabaco, o las delicadas orquídeas. La lista de tesoros es interminable y desconocida.
5 comentarios:
cuántas aventuras y terrores se esconderán tras estos tesoros...
Desde mi blog: Reflexiones al desnudo
Da gusto leer tanta riqueza en esa región. Y seguro que falta por descubrirse aún más. Un pueblo con mucha historia y riqueza.
Un abrazo gigante para tí!
ja, ja! no es casual que sea un roedor lo que apareció acá en uruguay! ja, ja!
♥
¡Qué bonito viaje por la historia y por los lugares de los incas! Aunque no lo manifestaban los españoles estaban asombrados al encontrarse con aquellas edificaciones perfectamente trabajadas en piedra y por toda la artesanía incaica. La música, etc.
la flauta andina tan evocadora... En fín qué voy a decir yo que tú no sepas.
Gracias por tus visitas a mi blog. Será una gran satisfacción seguir leyendo tus interesantes entradas.
Saludos cordiales.
martin.
me quedé en los templos mexicanos..
interesante post..
me reí con el comentario del roedor.
resultó grato venir..
un abrazo
rené
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