domingo, febrero 28, 2010

El irreductible

La muerte, tras una huelga de hambre de algo menos de tres meses, del preso de conciencia cubano Orlando Zapata deja huella, a pesar de que uno de sus compatriotas, el ensayista Ernesto Hernández Busto, dice de él que es "irreductible" en el artículo de opinión que publica el diario español 'El País', reflejado en el blog de Francisco O. Campillo. Zapata es el corrosivo de la dictadura comunista de medio siglo de Fidel Castro, de la que ahora ha tomado el testigo su hermano, Raúl. Zapata entra en la historia, con más mérito que los hermanos Castro. Fue un modesto albañil y plomero (fontanero) de raza negra que sufrió un calvario en varias prisiones por defender la dignidad humana, la libertad y la justicia en representación del pueblo cubano, valores de los que han sido incapaces de representar los hermanos Castro y sus seguidores. Cuba retrocede un paso más porque no se respetan los Derechos Humanos ante el silencio de la comunidad internacional. El silencio de los gobernantes latinoamericanos ante la muerte de Zapata se cierne sobre el subcontinente, con la ingerencia de los Estados Unidos sobre la Organización de Estados Americanos (OEA), al entender que su presidente, el chileno José Miguel Insulza, no ha defendido como es debido los Derechos Humanos en América Latina, especialmente en Venezuela. El presidente venezolano, Hugo Chávez, (uno de los cachorros de Fidel Castro) no se queda atrás y expulsa a integrantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

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