La muerte en huelga de hambre de un disidente cubano indigna a la comunidad democrática occidental

La muerte de un disidente del régimen castrista, después de una huelga de hambre de 86 días, conmueve al mundo civilizado. La dictadura comunista le echa la culpa a los Estados Unidos. En este cambalache, Latinoamérica busca el modelo europeo y reitera una nueva proclamación de integrar a los países hermanos, exceptuando a los países desarrollados del contintente, Estados Unidos y Canadá. 
En el blog Generación Y, de Yoani Sánchez se refleja el dolor de la madre del fallecido.
Estados Unidos, la Unión Europea, España, Francia y Amnistía Internacional reclaman la liberación de unos 200 presos políticos, tras la muerte después de una huelga de hambre de 86 días del disidente cubano encarcelado, Orlando Zapata de 42 años, según AFP. La Jornada, por su parte, recuerda que el disidente había sido encarcelado el 3 de diciembre de 2009 en la Prisión Provinical de Holguín de la que fue trasladado posteriormente a otras cárceles "de castigo". El diario Clarín refleja la "Condena internacional a la situación de los presos cubanos", apuntando que la comunidad internacional se ha sentido "profundamene consternada" por el fallecimiento del disidente en La Habana. El Comercio subraya que "La muerte de un disidente agita a Cuba", señalando que la madre del fallecido, Reina Luisa Tamargo, opina que ha sido un "asesinato premeditado". La Vanguardia titula que (Raúl) "Castro da munición a los disidentes" el artículo de opinión de su corresponsal en La Habana, Fernando García, indicando que "la muerte de Zapata indigna a la oposición. Desde Londres, la BBC, destaca que (La) "Madre de disidente rechaza las disculpas de Castro". Desde España, El País opina que "El exilio cubano reprocha el silencio sobre los presos de conciencia" (en Cuba). Finalmente, la puntilla de actualidad la da el diario venezolano El Universal: " Cocaína que llega a Europa y África, (procedente de Perú y Colombia) pasa por Venezuela", después del mensaje europeísta en la Cumbre Latinoamericana del líder bolivariano Hugo Chávez, al mismo tiempo que el ex presidente de Ecuador, Rodrigo Borja, defendía en Alicante la creación de una moneda única en América Latina en el marco de una "integración" de los países de la zona que, según él, "favorecería su posición en el concierto internacional".