Del pánico a la calma

La nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia sirvió para pulsar la diplomacia en el ámbito iberoamericano. El encuentro de Iguazú, entre los mandatarios de Argentina, Bolivia, Brasil y Venezuela parece haber calmado los ánimos, sin que se haya llegado a un estado de calma chicha en el mar de las relaciones internacionales.El pánico de los primeros momentos ya permanece en el pasado, a pesar de las declaraciones del secretario de Relaciones Exteriores español, Bernardino León, quien afirma que serán las empresas petroleras las que decidan si se quedan o se van de Bolivia.