jueves, enero 17, 2008

Con las manos manchadas de sangre

El gobierno de Guatemala, el saliente encabezado por el presidente Óscar Berger, así como el el del flamante mandatario, Álvaro Colom, tiene las manos manchadas de sangre. El juez español, Santiago Pedraz, ha tirado la toalla ante la negativa del gobierno guatematelco de colaborar en esclarecer las denuncias por el genocidio maya. Y no es el único genocidio de la historia en Centroamérica. La página web Prevenir Genocidio Internacional pretende que
no se vuelva a repetir la misma historia
en el mundo. Pedraz ha imputado a las siguientes personas: general Efraín Ríos Montt, Jefe de Gobierno por golpe de Estado del 23 de marzo de 1982 al 8 de agosto de 1983; general Oscar Humberto Mejía Víctores, Jefe de Gobierno por golpe de Estado del 8 de agosto de 1983 al 14 de enero de 1986; general Fernando Romeo Lucas García, Presidente de la República de Guatemala de 1978 a marzo de 1982 (al parecer fallecido); general Angel Aníbal Guevara Rodríguez, Ministro de Defensa de Guatemala durante el Gobierno de Lucas García; Donaldo Álvarez Ruiz, Ministro de Gobernación de Guatemala durante el Gobierno de Lucas García; coronel Germán Chupina Barahona, Director de la Policía Nacional durante el Gobierno de Lucas García; Pedro García Arredondo, Jefe del Comando Seis de la Policía Nacional durante el Gobierno del General Lucas García; y general Benedicto Lucas García, Jefe del Estado Mayor del Ejército durante el Gobierno de su hermano Lucas García. Poco ha quedado reflejado en los medios informativos sobre los llamados 'kaibiles', mercenarios guatemaltecos, algunos de los cuales luego se pasaron a las filas del narcotráfico mexicano. De tal forma que el genocidio, también denunciado por la Premio Nobel Rigoberta Menchú, queda impune y aquí no ha pasado nada.
Borrón y cuenta nueva.
La hipocresía del ex presidente, Oscar Berger, no tiene nombre, porque tiene la cara más dura que el cemento al declarar que deja su puesto con un país mejor de lo que estaba. En realidad, se ha marchado con las manos llenas de sangre, protegiendo a los que ordenaron las matanzas masivas. El nuevo presidente, Álvaro Colom, ha destituido a 269 polícias corruptos, en una acción que no evita compararlo con los genocidas.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

suerte y saludos

mixtu dijo...

hay que denunciar...

abrazo serrano

OTRAMIRADA dijo...

Es algo espantoso y que nunca se castiga como corresponde. Las víctimas no tienen voz.

Un abrazo

la-filistea dijo...

Noticias terribles, algunos nombres de los que pusiste solo de leerlos causan espantos, todo el pueblo guatemalteco ha sido víctima de ellos, y ahora comenzando el 2008 se sigue viendo la impunidad.

Parece un cuento de terror no?.

Abrazos..

Muy bueno tu Blog.

Luis Amézaga dijo...

Necesitamos un tribunal internacional en serio, para que los jueces españoles dejen de juzgar a todo el mundo mundial. Luego la justica de diario colapsada.

A dijo...

Lamentablemente, la historia la escriben los ganadores.
Toda latinoamerica está manchada de sangre, y la siguen hiriendo

Anónimo dijo...

Martín Bolívar, gracias por tu visita a Más palabras para olvidar, por tus palabras y por tus apreciaciones. Mucho ánimo con tus blogs y, sobre todo, con tus ideas .

Ava G. dijo...

lamentablemente, los índices de mejora siguen siendo económicos y no de otra índole. qué se piensan, que el pueblo no tiene memoria?

besos!

Franziska dijo...

Hay algo que está cambiando en este mundo y es la mundialización de la justicia. Llegará un día que ya no tendrán dónde ocultarse los genocidas o los simples asesinos de algunos pocos hombres. Hasta este momento son tímidos los intentos y contra eso sólo le queda la palabra al pueblo. Hay que denunciar donde sea, no hay que callarse. Es la verdad.

Makiavelo dijo...

Estos hechos demuestran que no es más animal el que camina a 4 patas.

Los intereses en un 90% económicos devuelven al hombre a sus orígenes más primigenios, el de salvaje sin vacunar o al de la mierda pinchada en un palo.

Saludos con esperanzas y coraje.

Isabel chiara dijo...

Esta apatía para llegar hasta las últimas consecuencias es un mal generalizado desgraciadamente, y alimenta más, si cabe, la prepotencia de los sinverguenzas. Lo terrible es que no sé si ya se puede luchar, o hay que seguir envenenándose poco a poco.

Un beso Martín

Fernando dijo...

Como dice una parte de chile.. Ni perdón ni olvido. Fuerza a esos hermanos Guatemaltecos que claman por justicia, solo su incansable lucha hará que estos hechos no se repitan.
Saludos.