DESPEDIDA INQUIETA PARA EL 2006

Nos felicitamos mutuamente porque termina un año, el 2006, y no sabemos bien porqué, más bien por una tradición que nos hace olvidar las desgracias pasadas y mirar hacia el horizonte del futuro con esperanza. Cuando faltan horas para que caiga la última hoja del calendario anual, la despedida no deja de ser inquieta para Latinoamérica, en la opinión de algunos, aunque positiva para otros. Me inclino por esta última apreciación. España siempre gusta ser la tutora de América Latina, a través de una mirada pesimista que rechazan los analistas políticos de la región, y no aceptan que se diga que es un continente partido de parlamentos ingobernables. Los economistas aprecian

buenas perspectivas,

a pesar de la incertidumbre política. Desde otros ángulos, se observan los distinos socialismos y diferentes alineamientos. El vicepresidente de Paraguay, Luis Castiglioni, salta a la palestra declarando que teme la contaminación del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ante el ingreso de este país en Mercosur. La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) cuestiona a Chávez por haber amordazado una cadena de televisión privada opositora.

Cómo está el patio.

En Brasil, el crimen organizado despide el año dejando un saldo de 18 muertos en una revuelta contra las fuerzas del orden. Entre toda la maraña de hechos y sucesos contradictorios, el presidente de Bolivia, con su coherencia habitual, afirma que Fidel Castro le desaconsejó usar las armas y le recomendó hacer una revolución democrática. En España, sigue la polémica por haber respondido a la solicitud cubana por la que viajó un médico de la Península Ibérica para controlar la salud del Comandante en jefe. Inquietan estas despedidas, pero entre todos debemos hacer votos fervientes para que el inicio del año 2007 sea positivo y ayude al progreso de los pueblos.