¿Cuánto vale un abrazo?

El abrazo de sus familiares a los emigrantes latinoamericanos no tiene precio y se cotiza aún más para compensar el drama vivido por las tensiones en los aeropuertos a causa de la estafa de la compañía de bajo coste española Air Madrid. Por el contrario, al albañil argentino, Julio López, sus familiares no le pueden dar un abrazo o un beso desde hace tres meses, ya que se encuentra desaparecido después de haber declarado contra el policía y presunto represor, Miguel Etchecolatz. Por el motivo apuntado, en el país suramericano se repudia la decisión de la Audiencia Nacional española de no juzgar al presunto genocida argentino Ricardo Cavallo (acusado en España de 227 desapariciones, 110 secuestros y torturas, incluida haber privado de su libertad a 16 mujeres embarazadas, cuyos hijos fueron entregados a otras familias), y se está a la espera de la orden de extradición de su país de origen, donde

se puede beneficiar

de ser vigilado por sus ex-camaradas y ser condenado a arresto domiciliario cuando cumpla 70 años. Los familiares de los torturados y asesinados por el ex marino de la nefasta Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) confían más en la Justicia española que en la de su propio país. Latinoamérica sigue tratando de salir del pozo. Venezuela se enfrenta a la pobreza, desempleo y violencia. Bolivia, por su parte, pide a Brasil que no le menosprecie y que pague el gas natural al mismo precio que lo compra a la Argentina. En fin, que ¿cuánto cuesta un abrazo entre latinoamericanos?, pues no tiene precio, aunque la realidad actual no parece que pueda confirmarse un encuentro afectuoso o político formal que pueda ser benecioso para la región.