El nuevo feudalismo de las transnacionales

A nadie se le ha ocurrido, al menos hasta ahora, inocular con vacunas contra las transnacionales invasoras en los países de América Latina. Sin embargo, en España lo han hecho, poniendo trabas fiscales a las sociedades hólding, que constituyen el máximo atractivo para las inversiones de las multinacionales. Con esta medida, algunas empresas como Chevron o Pepsi Cola, entre otras, no han podido montarse en el cohete espacial que les podría catapultar hacia el mercado español a través del nuevo feudalismo que ejercen las multinacionales donde se les permite actuar. En algunos países de Latinoamérica

se alza la voz

contra las políticas a favor de gobiernos extranjeros. En Costa Rica se critica la subasta pública de los recursos naturales a favor de las transnacionales y que redunda en el aumento del precio de la luz y el teléfono. Los mapuches chilenos defienden contra viento y marea las tierras ocupadas por empresas transnacionales, aparte de tener que protegerse de las cargas policiales. En México son 150 las compañías transnacionales, procedentes de los Estados Unidos, Suiza, Italia, Japón y Francia, que controlan el sector alimenticio. Algunos países encubren especulaciones de multinacionales como Cargill, que pretende hacer buenas migas en Nicaragua. El 80% del chocolate lo controlan empresas foráneas en México. En Ecuador ocurre otro tanto con las explotaciones mineras. Sin embargo, hay dos excepciones que sacan pecho y están dispuestas a defender la soberanía económica con uñas y dientes, Evo Morales en Bolivia y Hugo Chávez en Venezuela.