La transnacional del secuestro da ejemplo de integración a los gobernantes de América Latina

La transnacional del secuestro da un buen ejemplo a los gobernantes de lo efectivo que puede resultar la integración, de la que los mandatarios del subcontinente se llenan la boca en sus declaraciones grandilocuentes. América Latina encabeza la triste lista de secuestros, con el 75% de los casos en el mundo. Secuestros que tienen objetivos políticos y económicos a través de la cooperación entre grupos radicales, guerrilleros y bandas de delincuentes. El caso típico del denominado trasiego de rehenes es, al parecer, el de la ex candidata presidencial a Colombia, Ingrid Betancourt, desaparecida desde hace cinco años. En Guatemala, desde el año 2004, han sido juzgados 250 policías por asesinatos, secuestros y sustracción de vehículos. En el país centroamericano acaban de ser

tiroteados y degollados,

sin juicio previo, los cuatro agentes policiales acusados como presuntos autores del asesinato de tres diputados del Parlamento Centroamericano. Las transnacionales del crimen se integran mejor que los países en América Latina. Los mandatarios deberían aprender la lección y evitar esta escalada de violencia. La realidad es que se sigue hablando en la región de pactos y acuerdos que, a la hora de la verdad, no tienen más consistencia que las palabras arrastradas por el viento, entre análisis anacrónicos y proclamas teóricas, que nunca se pusieron ni se han puesto en práctica, desde el año 1820. Es el caso del encuentro entre el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y su homólogo argentino, Néstor Kirchner, en el que el primero aconsejó al segundo que nacionalice las compañías de petróleo. Chávez debería darse cuenta de que las divisas que cobra por la venta del petróleo son las migajas que recibe, ya que los procesos de transformación de los hidrocarburos son los que dejan ganancias de verdad con el valor añadido que producen. Por poner sólo un ejemplo, la transnacional Du Pont fabrica tejidos especiales con derivados del petróleo, incluso los trajes de los astronautas. Chávez se cree listo y espibalado, pero mientras él censura a los medios informativos, hay personas inteligentes y prácticas en otras partes del mundo que crean riquezas para otros países usando el petróleo que vende Venezuela y otros productores. Las transnacionales saben lo que es la integración y lo ponen en práctica, incluso las del secuestro. Debería saberlo el señor Chávez.