miércoles, agosto 29, 2007

Ayer es mañana

'Esto lo estoy tocando mañana'. La frase corrió por cuenta de Johnny Carter, el protagonista del cuento ‘El perseguidor’ de Julio Cortázar, inspirado en la vida del genial intérprete de jazz Charlie Parker, (hoy se cumplen se cumplen 67 años de su nacimiento) más conocido como The Bird (El Pájaro), por los gorjeos que era capaz de hilvanar con el saxo alto. Johnny se rebela contra las apariencias del mundo cotidiano; en su soledad y sufrimiento individual exterioriza con la música sus intenciones de vulnerar las normas de una sociedad que se le antoja servil y resignada a asumir las máscaras. Parker, seguramente, se metió en la piel de los negros, de los hispanos pobres y de los marginados de Nueva Orleans - los de su época de mediados del siglo pasado y los actuales, los de hoy mismo, - que

hace dos años estuvieron con el agua hasta el cuello,
a causa del desvastador huracán Katrina, y las lágrimas sin poder enjugarlas en un pañuelo. La situación sigue igual. La música no sólo hay que oírla, también hay que sentirla, como los problemas. El bebop fue un estilo musical, cuyo máximo exponente fue Max Roach, procedente del jazz de ritmo rápido y sincopado, con influencia afrocubana que nació en Nueva York en los años cuarenta. Hay quienes todavía recuerdan que cuando a alguien le preguntaron: ¿Qué es eso del bebop? contestó que era el ruido de la porra de un policía en el cráneo de un negro. Para Cortázar, ese saboteador del ayer-hoy-mañana, la respuesta es del pasado, pero también es de hoy.

1 comentario:

JLuis dijo...

Si, Martín, y el ritmo se hace más pausado hoy, cuando buscando soluciones para un mañana, encontramos que nuestros argumentos ya fueron expuestos un ayer.

En referencia a esto el artículo de Ramin Jahanbegloo, hoy en el país.

Una entrada fantástica. Me quedo para mi con "La música no sólo hay que oírla, también hay que sentirla, como los problemas." Puedo?

Un abrazo.