domingo, octubre 21, 2007

Desesperanza

La idea del presidente de Ecuador, Rafael Correa, de invitar a retornar al país suramericano a los 400.000 compatriotas emigrantes en España tiene un sentido de inocencia e ingenuidad. Hay que preguntarse quién se atrevería a volver a un país en el que el presidente elogia a su homólogo venezolano, HugoChávez, que logra convencer a los políticos para ser proclamado mandatario vitalicio. Para algunos analistas, como Andrés Oppenheimer, está haciendo un juego sucio para desestabilizar a los países latinoamericanos, bajo la dirección directa del Gobierno de Estados Unidos. El politólogo venezolano, Gustavo Coronel, afirma que Chávez le está haciendo mucho mal a su propio país al querer imponerse como un líder mundial, entre la
tensión social y el disconformismo
de buena parte de sus compatriotas. Bolivia repudia la injerencia del presidente venezolano, tras anunciar la propuesta de crear el "Vietnam de las ametralladoras" si fuese destituido el presidente boliviano, Evo Morales. El anuncio ha sido calificado de "bravuconada" porque "atenta contra la soberanía" del país. Bolivia, como sus países vecinos, sigue en la cuerda floja, con una economía débil y escasa de trabajo, con una población que, en buena medida, sobrevive de las remesas enviadas por sus familiares emigrantes. Qué más se puede esperar de estos gobiernos, en países en los que mucha gente ha perdido la esperanza y ni siquiera piensa en el futuro porque sabe que será igual o peor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No creo que los inmigrantes de Ecuador vuelvan a su país después de mejorar su nivel de vida.

Chávez está haciendo mucho daño a Venezuela, pero todavía hay gente que no se da cuenta de ello.

un abrazo.

JLuis dijo...

Emotivo y sincero post Martín. La desesperanza lastra la iniciativa y el desarrollo, obliga a bajar la mirada y difumina las identidades.

La desesperanza no debería nublar la franca y alegre mirada de Latinoamerica.

Un abrazo.