El despilfarro de cerebros despliega la alfombra roja a los más brillantes del mundo

El despilfarro de cerebros impulsa la emigración de los habitantes de los países más pobres y pequeños hacia el mundo desarrollado, que tiende la alfombra roja a los más brillantes del mundo. Lo cierto es que hay gobiernos en vías de desarrollo que producen más profesionales de los que pueden emplear. El congreso de los Estados Unidos debate un proyecto de ley para facilitar la residencia permanente a los profesionales más cualificados. Por el contrario, la Unión Europea plantea contratos temporales para los extranjeros cuyos países acepten la readmisión, con el fin de evitar la fuga de cerebros. Existen

factores de expulsión

de los países de origen como los problemas económicos y el desempleo, la inseguridad personal y la incertidumbre política. El notable crecimiento económico de España e Italia atrae a 20 millones de latinoamericanos distribuidos también en Canadá, Países Bajos, Reino Unido y Australia, de los cuales 100.000 residen en Israel. Es la crisis de oportunidades en los países de origen que frena el autocrecimiento. La fuga masiva se produce, como es lógico, de los países más pobres a los más ricos para llenar el vacío del mercado laboral. La Organización Mundial de la Salud (OMS) muestra su preocupación por el fenómeno en relación al personal sanitario. Científicos y tecnólogos, tan necesarios para el desarrollo de cualquier país, también emigran en búsqueda de mejores oportunidades en el extranjero. Sólo tendrán éxito los países que eviten la emigración de los jóvenes, lo dijo Einstein hace ya muchos años.