La dignidad boliviana

La dignidad boliviana la defiende con uñas y dientes su presidente Evo Morales, a quien hay que sacarle el sombrero con la imposición de una nueva normativa que exige visados a los ciudadanos estadounidenses que quieran entrar en territorio del país trasandino. La medida es recíproca y parte de un país pequeño, como dice el propio Morales, que quiere mostrar su dignidad al gigante americano y al mundo. Cerca de Bolivia, en Perú se exige la liberación del fotógrafo de France Press, Jaime Rázuri, secuestrado en Gaza. En Madrid aparece el cadáver de uno de los dos ecuatorianos que fueron víctimas del salvaje atentado de ETA en el aeropuerto de Barajas. En Brasil, el crimen organizado

estropea la imagen

exterior, con asaltos a turistas europeos después de haber producido violentos enfrentamientos contra las fuerzas del orden en Río de Janeiro, que será la sede de la Cumbre de Mercosur los próximos días 18 y 19. Las autoridades locales esperan que no se vuelvan a repetir los fallos de seguridad en el encuentro de los líderes del Cono Sur. También en Brasil, aunque en Sao Paulo, la buena noticia procede del deporte, con el tenista chileno Adrían García avanza hacia los octavos de final de la Copa Challenger. Otro hecho positivo es el

aumento de las exportaciones

de productos lácteos argentinos. Una de cal y otra de arena, después de estas informaciones positivas, llega la noticia negativa de la anulación del proceso judicial a los familiares del ex dictador Augusto Pinochet por el caso Riggs que vuelve a enturbiar la imagen de la Justicia chilena. En Chile falta la dignidad que sobra en Bolivia.