Un líder controvertido

Sus golpes de efecto y su carisma de revolucionario cercano al pueblo mantienen al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en la cresta de la ola. Este comentario está inspirado en un post recomendable de Migramundo. Para el escritor chileno Jorge Edwards, el mandatario suramericano es un neoperonista, un fenómeno del poder izquierdista apoyado por los petrodólares. Para sus seguidores, por el contrario, el comandante ex-golpista Hugo Rafael Chávez-Frías representa un arquitecto de la democracia socialista que fortalece la revolución bolivariana a través de una reforma constitucional que permitirá su reelección indefinida, tomando como referencia el modelo europeo de Gran Bretaña, Alemania, Francia, Portugal, Italia o Eslovaquia, según las propias palabras del presidente venezolano. El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, hace referencia a las declaraciones del presidente brasileño, Lula da Silva, quien subrayó que la reelección indefinida da

paso al dictador.

Analistas internacionales comparan a Chávez con el presidente ruso, Vladimir Putin, por imponer un régimen verticalista, con persecución a los medios informativos así como a los opositores. Algunas opiniones rechazan la carrera armamentista emprendida por Chávez, porque los propios venezolanos no se creen la justificación de una guerra contra Estados Unidos, sino la represión contra los opositores al gobierno. El último golpe de efecto de Chávez, rival enconado de Washington, ha sido la reunión con su homólogo colombiano, Álvaro Uribe, amistoso compañero de viaje de George Bush, con el objetivo de la firma de un acuerdo bilateral para lograr la liberación de 46 rehenes de las Fuerzas Revolucionarias de Colombia (FARC). Chávez lo tiene claro, quiere ser el líder latinoamericano por encima de todo, incluso del presidente brasileño, Lula da Silva.