¿Hacia el modelo europeo?

La cumbre del Mercosur dejó muchos interrogantes. El más destacable, quizás, es la busca de parecerse, de copiar el modelo de la Unión Europea (EU). De hecho la bandera del Mercosur es azul y sus miembros se representan con estrellas. Se copia. La propuesta planteada de compensaciones para los países menos desarrollados como Uruguay, es igual que la que en Europa ayudó a los agricultores españoles y portugueses. El Parlamento Suramericano pretende ser el Europarlamento. Se copia la forma, no el fondo. La UE es un pilar económico, con una moneda única que supera con su valor al del dólar.

Los logros europeos,

sin embargo, no se han logrado de la noche a la mañana. Todo empezó en el año 1950, con el inicio del proyecto europeo que dejo paso a la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) y no de palabras de buena voluntad como en Mercosur. Primero habrá que despejar los nubarrones del fantasma separatista y conatos de guerra civil en Bolivia, cuando se cumple el primer año del mandato de Evo Morales. No se puede celebrar una cumbre del Mercosur con un invitado incómodo para Argentina y Brasil como el mandatario iraní, Mahmud Ahmadineyad. De todas formas, hay que valorar el acuerdo brasileño-venezolano para el Gasoducto del Sur, de 5.000 kilómetros de extensión, y en el que participarán otros estados miembros. El presidente argentino, por su parte, aboga por una integración productiva. La realidad, en definitiva, es que en la región reina la miseria y aumenta la emigración porque el 43% de los latinoamericanos vive sumido en la pobreza. Habrá que empezar por construir primero los cimientos y no empezar antes por el tejado.