El reto de la cohesión social

Cohesión social para luchar contra la pobreza y las desigualdades es el reto de la XVII Cumbre Iberoamericana que tendrá lugar, del próximo día 8 al 10, en Santiago de Chile. De forma paralela habrá otra minicumbre por la amistad y la integración en América Latina. La propuesta es mejorar las condiciones de vida en la región para evitar la emigración. En España, crece la población latinoamericana con la llegada de bolivianos, argentinos y colombianos en Granada, y en Aragón aumenta el número de soldados ecuatorianos y colombianos en la Brigada de Cazadores de Montaña. La verdad que es

triste y lamentable

tener que emigrar para entrar en el Ejército de otro país cuyas tropas se desplazan a peligrosas misiones de paz en conflictos internacionales, como es el caso español. Por algo marcharán, escapando de la miseria. De los 600 millones de habitantes de los 22 países latinoamericanos, la tercera parte, unos 200 millones viven en la pobreza a los que se suman 34 millones de analfabetos absolutos. Guatemala da un paso adelante eligiendo a un presidente socialdemócrata, Álvaro Colom, después de vencer en las elecciones al militar retirado, Otto Pérez Molina. Colom lo tiene difícil en su lucha contra las desigualdades, la pobreza y el crimen organizado. El matrimonio Kirtchner decide en solitario el futuro argentino, complicado para resolver los problemas de una población empobrecida. La presidenta electa, Cristina Kirchner de Fernández, promete un pacto social entre los empresarios, los sindicatos y el Estado para encontrar una solución que contente a los argentinos. El presidente de Brasil, Lula da Silva, niega que vaya aceptar un tercer mandato en el año 2010 y rechaza la posibilidad de que su esposa, Marisa, pueda fundar una nueva dinastía política a la manera de los Kirchner en Argentina. Tampoco está de acuerdo con la reforma constitucional del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que le puede convertir en presidente vitalicio en diciembre y que acaba de recibir el apoyo de una manifestación multitudinaria. Parece difícil todavía que se alcance la cohesión social propuesta por la Cumbre Iberoamericana, ya que de momento sólo se perciben mensajes llenos de buenas esperanzas, aún insuficientes para resolver el clamor popular de una vida digna.