Se busca bombero de llamaradas

Es evidente que Hugo Chávez, presidente de Venezuela, tiene la chispa suficiente como para inspirar a los titulares de los diarios, una virtud heredada de Fidel Castro, el inflamable Comandante en Jefe Cubano. Chávez afirma que George Bush es el bombero de apagar las llamaradas de los movimientos independentistas de América Latina, pero el mandatario venezolano no deja de ser, o intenta serlo, un 'apagafuegos' de la gira latinoamericana de su homólogo estadounidense. Así las cosas, ambos presidentes luchan estúpidamente por la hegemonía de su propia popularidad. Sin embargo, ninguno de los dos ha buscado

solución

a problemas transcendentes, como la cantidad de abortos que se practican en condiciones de inseguridad por personal no cualificado para ello y que hace encabezar a la región en otro vergonzoso ranking mundial meritorio del Guinness. Algunos de los dos mandatarios, cabe la pregunta, ¿se han preocupado por resolver la situación de los tres millones de migrantes que escapan completamente desilusionados, traspasando las fronteras de sus respectivos países en el subcontinente?. Bush visita su patio trasero, (eso sí, custodiado por 10 helicópteros y 70 camionetas a su llegada a Colombia, donde se muestra mansito) y con hipocrecía increíble, ordena el envío de 8.200 soldados a Irak y Afganistán. Guatemala le repudia. La mayoría de los latinoamericanos desaprueba la gestión de los Estados Unidos en el mundo y muestra su desconfianza hacia la Administración Bush. El fuego eterno del Infierno recalienta y calcina la esperanza de Latinoamérica y no hay bombero capaz de extinguirlo. ¿Será posible?...