El harén

Los adolescentes se enamoran y deshojan la margarita para ver si su amado/a les quiere de verdad. Y están los matrimonios de convivencia, los que se casan para heredar una gran fortuna y salir de la pobreza y el anonimato. Para algunos, lo mejor y más conveniente es tener su propio harén, poder disfrutar con varias parejas sexuales al mismo tiempo. El presidente de los Estados Unidos, George Bush, pretende firmar varias actas de casamiento, matrimonios de conveniencia, con sus variados amantes, en los cinco países que visita en su gira por América Latina, pero su preferido es el presidente de Brasil, Lula da Silva. Bush quiere aprovechar la ocasión para conseguir al mejor precio la producción brasileña del etanol, un biocombustible que puede sustituir al petróleo y, por ende, reducir la dependencia del crudo. El pueblo brasileño, mientras tanto,

protesta en la calle

y en todas partes en repudio a la visita del mandatario estadounidense, mientras las fortunas de los multimillonarios latinoamericanos aumenta un 27%, entre ellos tres brasileños superenriquecidos con el etanol, el papel y el acero. En el bando contrario, el que lidera el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, no hay tanta unión, tras la negativa de su homólogo boliviano, Evo Morales, de participar en el show anti-Bush en Buenos Aires, donde la Justicia argentina ordena la detención de un nuevo militar represor, el general Reynaldo Bignone, dictador y el último presidente del régimen militar del periodo 1976-1983, acusado de graves violaciones a los Derechos Humanos. Bush deshoja la margarita que queda prácticamente sin pétalos, muchos menos de la flor que vaticina los amores y amantes de Chávez. Las ambiciones de ambos son su propio harén.