El pan y circo de Bush y Chávez

Estados Unidos se hace amigo del Brasil, con múltiples intereses para poder exportar etanol, el sustituto de la gasolina, y así reducir la dependencia de las importaciones de petróleo, entre ellas la de Venezuela. La gira por cinco países de América Latina del presidente estadounidense George Bush deja a un país, como el Brasil, con la incertidumbre de convertir la savana más rica en diversidad del planeta en un monocultivo que frena la reforma agraria, según denuncian ecologistas y campesinos respectivamente. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, eligió Buenos Aires, una de las cunas más relevantes del populismo peronista que busca votos electorales entre las clases más desfavorecidas, para afirmar que Bush es un

cadáver político,

en los momentos en que el mandatorio estadounidense se reunía con el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez. La pregunta del millón de euros es de qué sirve la gira del Bush por Latinoamérica y de qué sirve la proclama radical de Chávez en Buenos Aires. Casi todo esto viene a parecerse al pan y circo que ya montaban los romanos, pero que se vuelve a repetir después de varios cientos de años en Latinoamérica. O sea que en vez de avanzar, retrocedemos.