martes, mayo 15, 2007

Mordaza, capucha y camisa de fuerza

Maniatar a los periodistas, amordazarles, ponerles una capucha, algodones en los oídos y una camisa fuerza. Es lo que quisieran hacer muchos gobernantes autocráticos. Al mandatario venezolano, Hugo Chávez, le acusan de coartar la libertad de expresión, aunque sale en su defensa una embajadora en el exterior. En Ecuador ocurre otro tanto, donde su presidente, Rafael Correa, se muestra amenazante ante los medios informativos. En México desaparecen dos periodistas, al parecer secuestrados por los narcotraficantes. En Brasil, Guatemala, Haití y México ya son siete los informadores
asesinados
en lo que va del año. La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) atribuye a los propietarios de las empresas periodísticas la responsabilidad de taparle la boca a los periodistas. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos recibe la denuncia, apoyada por nueve agrupaciones defensoras de la libertad de prensa, de acoso judicial a un periodista español, quien publicó el transporte de cinco toneladas de hachís en un vehículo de la Corona marroquí. La paradoja latinoamericana, por el contrario, es que la Corte Interamericana de Derechos Humanos se reúne en Guatemala, uno de los países de más impunidad en esta materia en el continente. La mordaza, puesta la capucha y bien amarrada la camisa de fuerza funcionan con eficacia en las dictaduras.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Quien tanto se preocupa por lo que digan los periodistas en el sentido en que comentas es que tienen algo o mucho que ocultar. Es curioso, pero los gobernantes precisan de los periodistas y los buscan para difundir sus acciones, pero no todas las acciones, sino las que no los pongan en entredicho. Hay una gran hipocresía en todo esto cuyas consecuencias siempre paga el más débil, claro. Saludos.

LS dijo...

Muy serio este asunto...

Unknown dijo...

Aquí pasan tantas cosas raras... será que tendremos que trabajar como pueblo unido para poder solucionarlas?

Un saludo

Fran Invernoz dijo...

migramundo: tampoco se puede generalizar, hay periodistas que procuran ser fieles a la ética profesional. Pero es verdad que el hilo se corta siempre por la parte más débil.
leticia: debería preocuparnos.
pagana: la unión hace la fuerza, es evidente.

Anónimo dijo...

El tema de las leyes de prensa y la manera en que los gobiernos dejan o no dejan informar a los medios nos permite conocer más a fondo lo que está ocurriendo en un país.
En ningún estado del mundo donde los periodistas sean asesinados, atacados, amenazados o privados de ejercer su función, podemos hablar de democracia o gobierno de las masas.
El dicho dice "dime con quién andas y te diré quién eres". Yo digo, "dime qué haces y te diré quién eres".

Como periodista, puedo decir que muchas veces uno tiene que ser extremadamente cuidadoso, ya que se puede "ofender" a algún personaje o grupo de poder "influyente" y, a partir de entonces, comienza la pesadilla del periodista. Acá en Chile no te matan, pero te cortan los nexos, hacen un lobby escondido para que no den trabajos, te van mermando el campo laboral, te quitan auspicios para los proyectos, etc.

Creo que la OEA y la Corte Interamericana de Derechos Humanos tiene mucho por hacer en esta materia. Sin embargo, me parece que no se atreven y eso es lo que más me preocupa y entristece.

Agrego unos datos estadísticos del Comité de Protección al Periodista:

- 32.4% de las muertes de periodistas han ocurrido en guerras. Es decir, un 67.6% corresponde a otro tipo de actividades, en las cuales los riesgos no son muy altos.

- 25.4% de las muertes tienen como matriz un motivo político; un 21.5% a la corrupción; 13.3% a un simple crimen; 13.8% relacionado con temas de DD.HH.; 3.9% a deportes y cultura; y, finalmente, un 1.8% a negocios.

- En 2006 murieron 55 periodistas, ubicándose en el 4to lugar, tras 1994(66), 1993(57) y 2004(57).

- Dentro de los 20 países donde más han muerto periodistas encontramos a Colombia (4º), Brasil (12º) y México (15º).

- En 2007 ya van 14 muertes confirmadas y otras 11 sin confirmar. Dentro de estas últimas aparecen un haitiano, un guatemalteco, dos brasileños y un peruano.

Los datos hablan por sí solos. Creo que estamos bastante atrasados en lo que a libertad de información se refiere.

Saludos!!