Los secuestros virtuales están de última moda en la Argentina. Consisten en engañar, al otro lado del teléfono, llamando a un número al azar,
amenazando que se ha secuestrado a un familiar cercano y que para ponerlo en libertad hay que cargar la tarjeta y dar a conocer el código de acceso del celular. Y hay gente que cae en el engaño. Sin embargo, la gama de secuestros es
variopinta. En Colombia, sin ir más lejos, los grupos guerrilleros
crian a los hijos de los secuestrados o tienen hijos con mujeres secuestradas. Así las cosas, en Guatemala ya lleva 12 años funcionando la asociación
Madres Angustiadas,
en un país donde se demanda justicia y respeto por los Derechos Humanos en este asunto. En Bogotá, la capital de Colombia se
duplican los secuestros, según denuncia la ong
País Libre. En Venezuela, un sindicato agrario responsabiliza al Gobierno de
'negligencia' por el mismo tema. Desde Argentina extraditan a un policía paraguayo acusado de ser el
jefe de una banda de secuestradores. En Perú se utiliza el método de lo que ha dado en llamarse "secuestro
al paso", que consiste en llevar a una persona automóvil para que retire dinero de un cajero automático.
La lista es interminable.
En la Argentina
detienen a un ex militar del Departamente de Inteligencia
(?) de un cuartel de Bahía Blanca, situado al sur del país, acusado se secuestros durante la
sanguinaria dictadura militar del general Jorge Rafael Videla, hace tres décadas. Hay gamas de secuestros para todos los gustos, como los hay para adquirir un automóvil y, además, son el último grito de la moda.
5 comentarios:
Viver? Penso se ainda há algo seguro para fazer no mundo...
Es loquìsimo, Martìn, pero a que cosas parecemos estar acostumbrados!
Tremendo lo que expones hoy.
Un abrazo
y sin embargo, hay un grupo de Madres que todavía siguen apostando todo a la verdad. Madres que no claudican. y siguen buscando.luchando. para que entendamos alguna vez que si algunos secuestraron, hicieron, lo que les vino en gana, fue porque otros lo permitimos. nos callamos, nos quedamos quietos, miramos para otro lado. no dijimos que no. no dijimos que si.
Precisamente las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Desde Argentina para el mundo.
verbena: e la veritá.
uma: nos acostumbramos a las más bajas miserias humanas, un dolor.
ana: un recuerdo muy merecido. a las Madres y Abuelas de Plaza Mayo.
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